El kayakismo es una actividad con muchas facetas, adaptable a lo que cada persona busca al practicarlo. Desde el dominio y perfeccionamiento de técnicas avanzadas para un enfoque deportivo, hasta un simple cruce para compartir unos mates y disfrutar de un momento de distensión. Ambas son formas válidas de vivir esta experiencia de manera plena.

Independientemente de nuestra elección, el kayakismo siempre se desarrolla en un entorno natural, donde lo agreste nos rodea. Por ello, es fundamental contar con conocimientos básicos tanto sobre nuestra embarcación como sobre el medio en el que nos movemos. Aquí es donde radica la importancia de las escuelas, que enseñan y brindan los saberes necesarios para practicar esta actividad en cualquiera de sus modalidades, pero siempre con seguridad.

Ya sea un paseo por los alrededores de una laguna, la exploración de un río, la aventura de una travesía de varios días, o la navegación en el mar y en ríos rápidos, todas son experiencias únicas y hermosas. Con la formación adecuada, cualquier persona puede disfrutarlas plenamente.

Metodologías

Trabajo en grupo

Dado que cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje, nuestra metodología se basa en la instrucción grupal. Los contenidos se enseñan a todo el grupo y, durante la práctica, se realizan correcciones individuales. Se respeta el tiempo de asimilación de cada alumno, evitando la presión de alcanzar la perfección en un tiempo determinado.

Si bien las técnicas tienen un cierto orden de prioridad, se enseñan a todos por igual para evitar diferencias en el conocimiento adquirido individualmente. Se fomenta un aprendizaje colaborativo, donde no hay jerarquías y cualquier alumno puede ayudar a sus compañeros.

Generar confianza y autoconfianza

Cuando aprendemos algo nuevo, es normal sentir miedo e incertidumbre. Nuestro objetivo es reducir estas sensaciones para que cada alumno pueda desarrollar su máximo potencial en el menor tiempo posible.

El miedo no solo puede restarle disfrute a la experiencia, sino que también puede dificultar el equilibrio sobre el kayak. Por eso, en una primera etapa, es fundamental generar confianza en el alumno, brindándole seguridad sin caer en la sobreprotección ni en actitudes que refuercen sus miedos o estrés. En una segunda etapa, el alumno debe sentirse capaz de enfrentar y resolver los desafíos por sí mismo.

Distensión y riesgos

El remo siempre implica ciertos riesgos, pero con las medidas adecuadas pueden minimizarse o incluso eliminarse. Este es el rol principal del líder del grupo y de los instructores: facilitar una experiencia segura, social y recreativa, protegiendo a los alumnos de cualquier peligro potencial.

En este punto, la experiencia y conocimientos de los profesores son fundamentales. Su labor no solo permite que los alumnos disfruten al máximo de la actividad, sino que también garantiza que puedan hacerlo en un entorno seguro.